Cuando hablamos de seguridad de los trabajadores, la memoria nos lleva a la revolución industrial, que ocurrió a inicios de la edad contemporánea, entre el siglo XVIII y XIX, por lo que consideramos que la historia de la seguridad industrial es un tema reciente.
En realidad, la historia de la seguridad industrial se remonta a la antigüedad, al sistema de trabajo que imperaba por medio de la esclavitud. En medio de este ambiente, no se consideraba importante la salud del esclavo, por lo que se desconocían prácticas seguras.
Personas importantes como Hipócrates, Aristóteles, Plinio y Galeno, hicieron estudios respecto a enfermedades de los mineros y enfermedades respiratorias. No obstante, fue hacia finales de la Edad Media que se dio inicio al estudio de las enfermedades causadas por el trabajo.
Veamos cómo se desarrolló la evolución de la seguridad industrial hasta nuestros días.
La seguridad industrial: una ciencia y una profesión
La seguridad industrial es el área que se ocupa de manera organizada de la prevención de accidentes laborales en las plantas industriales o sitios de trabajo.
Al ser este su principal objetivo, la seguridad industrial permanece vigilando y controlando las condiciones de trabajo en cada lugar de la planta. Lo hace con el fin de resolver situaciones de riesgo que puedan generar accidentes.
En caso de suceder algún siniestro, hace la correspondiente investigación y genera acciones de corrección y mejora para que no vuelva a ocurrir.
También investiga los incidentes detectados. Es decir, analiza situaciones anómalas que no generan lesionados pero que pueden convertirse en accidentes de trabajo, si no se toman acciones correctivas.
Historia de la seguridad industrial en 4 fases
Vamos a estudiar la historia de la seguridad industrial en cuatro etapas de la historia. Así como el trabajo tiene su evolución, la seguridad industrial va de la mano, avanzando a veces lentamente y en otras recuperándose con más rapidez.
Primera fase: seguridad industrial en la Edad Media
La edad media abarca desde el siglo V, con la caída del imperio romano de Occidente, hasta mediados del siglo XV, con el descubrimiento de América. También marcan su final la caída del imperio Bizantino y la invención de la imprenta.
El trabajo entonces era netamente manual y físico, ayudado en algunas oportunidades por tracción animal. Por esta razón, la mortalidad y las enfermedades laborales solían confundirse con las patologías generales.
En el siglo X, se dictaron en Francia las primeras leyes de protección de los trabajadores. Posteriormente, en el siglo XV se fue más allá y se expidieron las ordenanzas de Francia, en las cuales se especificaba este tema.
En el siglo XV, Ulrich Ellenbaf escribió un libro en Alemania acerca de las enfermedades causadas por el trabajo y algunas medidas de prevención. Sin saberlo, vino a convertirse en el primer texto de seguridad industrial.
Segunda Fase: seguridad industrial en la Primera Revolución Industrial
La Revolución Industrial o primera Revolución Industrial ocurrió entre mediados del siglo XVIII y mediados del siglo XIX. Sucedió casi a la par del inicio de la época contemporánea. Este periodo marca el punto de inflexión en los cambios de la humanidad.
Se dieron inventos y descubrimientos significativos: la máquina de vapor, el uso del carbón, el desarrollo de los ferrocarriles, la industria textil y la energía eléctrica. Todos ellos y otros cambiaron radicalmente el estilo de vida y de trabajo.
Nacieron las fábricas o factorías con gran número de obreros, el trabajo en serie y la industrialización. En esta época hubo grandes dificultades porque los trabajadores estaban sometidos a largas jornadas y en muchos casos a maltratos.
La seguridad industrial se estancó. Desde que algunos médicos y estudiosos como Kircher y Ramazzini hicieron sus aportes en escritos enfocados en la salud ocupacional, no hay más noticias de legislación o revisión de los métodos de trabajo.
Walter Pope en 1665 había publicado Transacciones Filosóficas donde hablaba de las enfermedades por mercurio usado en la minería. La Revolución Industrial continuó su carrera, sin incluir los efectos del trabajo en las personas.
A causa del hacinamiento, las precarias condiciones de salubridad y las prácticas inseguras se perdieron las vidas de muchas personas, incluyendo niños y mujeres. Por otra parte, se dispararon los problemas sociales y también las protestas.
Los gobiernos empezaron a instaurar controles. Carlos III en España instituyó en 1778 la protección para accidentes laborales. El parlamento inglés fijó en 1802 la jornada laboral y las condiciones de higiene y seguridad en las fábricas.
Posteriormente, se reguló el trabajo para las mujeres y los niños. En América repercutieron tanto el avance de la Revolución Industrial como las protestas que se dieron en Europa. Con la revuelta de Chicago, se estableció la jornada de 8 horas laborales.
Tercera fase: seguridad industrial en la segunda revolución industrial
Esta comprende desde mediados del siglo XIX hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial, en 1914. Para entonces, ya se usaban combustibles como el petróleo, el gas y la electricidad, los cuales se convirtieron en los ejes económicos de los países.
Se desarrollaron nuevos sistemas de transportes y comunicaciones. Aparecieron los automóviles, los aviones, el teléfono y la radio. La economía se hizo internacional.
En este escenario el trabajo se vio afectado, así como el consumo y la organización del trabajo en las ciudades. El campo quedó todavía más relegado.
Entre tanto, se iniciaron las inspecciones sanitarias en las industrias. En 1875 se fundó en Múnich el Primer Instituto de Higiene Laboral.
Entre 1874 y 1890 se desarrolló la legislación que protege a los trabajadores contra riesgos laborales, auspiciados por Inglaterra y Francia. De allí que en 1911 se tuvo la primera indemnización a un trabajador.
Vale mencionar que el siglo XX estuvo marcado en su primera mitad por dos guerras mundiales que afectaron: las economías, poblaciones e ideologías en todo el planeta.
Cuarta fase: del siglo XX a nuestros días
La seguridad industrial continuó avanzando a pesar de las circunstancias. La universidad de Harvard fue la primera en entregar en 1918 el título de Licenciado en Seguridad e Higiene en el Trabajo. Otro hito importante sucedió en 1918, cuando inició la Organización Internacional del Trabajo, la OIT.
Desde entonces, diferentes organizaciones se han establecido para crear protocolos de seguridad laboral. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea han trabajado para que esta área sea parte importante en las organizaciones.
Se crearon normas como OHSAS o ISO 18000 e ISO 45000. Estas presentan la salud laboral como un sistema de gestión que puede ser establecido, controlado y medido para garantizar resultados. Ello demuestra el avance en este aspecto.
En países como Colombia y España, Normas como la ISO 18.001 han pasado a ser leyes de la nación. De esta forma se obliga a las empresas a diseñar, implementar y auditar sus sistemas de gestión de seguridad en el trabajo. El objetivo es reducir las cifras de accidentalidad y enfermedades laborales.
La Industria 4.0
El impulso de la revolución digital nos llevó a un proceso donde los componentes tecnológicos convergen con las necesidades de seguridad industrial, conduciendo a una nueva etapa. Hablamos entonces de la seguridad industrial 4.0.
Tengamos como contexto que en el Foro Económico Mundial de 2016 se abordó el impacto de la Cuarta Revolución Industrial. Se trataron los temas de robótica, genética, nanotecnología, inteligencia artificial y biotecnología, entre otros.
Seguramente que el ritmo de los adelantos en todas estas áreas genera impactos a los cuales hay que darles respuestas. Es un asunto de integrar las nuevas tecnologías y aprovechar sus bondades para incrementar la seguridad industrial.
Y es que la riqueza de herramientas, sistemas, programas, aplicaciones, plataformas y soluciones tecnológicas llevan el proceso a otro estadio. Se suma al talento y las prácticas laborales el apoyo de la más potente tecnología disponible.
El estado actual nos lleva entonces a los sistemas de gestión inteligente. En este sentido, la empresa es el escenario donde estas soluciones tecnológicas se integran a los protocolos para optimizar la seguridad industrial.
Desde la aparición del chip en los años 60 hasta hoy, se ha dado una convergencia tecnológica a un ritmo cada vez más vertiginoso. Estos avances están al servicio de los gerentes de planta, por ejemplo, para aumentar la prevención.
De allí que la transformación digital sea una necesidad para poder seguir el paso de los avances en materia de prevención y seguridad. Hoy es inconcebible una gestión de riesgos eficiente sin el apoyo de sensores y sistemas de apoyo digital.
Importancia de la seguridad industrial hoy
En este sentido, resulta necesario centrar la mirada en el cambio de paradigmas. La razón de esta actitud es poder comprender las dimensiones del impacto de las nuevas tecnologías, tales como cloud computing e Internet de las cosas (IoT).
Conocer el recorrido de la historia de la seguridad industrial te permite valorar con mayor certeza la importancia de esta área dentro de tu empresa.
Además del trabajo realizado para garantizar la seguridad de las personas y las instalaciones, ahora hay que sumar la ciberseguridad. Es decir, el espectro de seguridad se incrementa y exige evaluar los riesgos con una visión más amplia.
Pensemos en que se debe hablar también de:
- Seguridad de las instalaciones y su operatividad: implica la protección de los procesos de producción de las empresas y también de los CPS (Cyber-Physical Systems).
- Protección de la comunicación y del flujo de datos entre los dispositivos digitales de la empresa.
- Blindaje de la seguridad de los datos confidenciales de la producción de la empresa.
Como podemos ver, la óptica se desplaza con mayor énfasis hacia la tecnología involucrada en la actividad productiva de la empresa.
Se minimizan o eliminan los riesgos ocupacionales
Lo que queda claro es que la dirección que debe tomar la seguridad industrial es asegurar el bienestar de los trabajadores en los escenarios laborales actuales. En estos intervienen de forma significativa:
- La conectividad.
- La digitalización.
- La automatización.
Un aspecto sobre el cual debe incrementarse el cuidado en la evaluación de riesgos es en el área psicosocial. Recordemos que estas tecnologías crean nuevas formas de trabajo que actualmente están en proceso de estudio.
Debe existir una estrategia de apoyo para que los trabajadores se integren a la transformación digital inevitable. Por otra parte, debe procurarse una protección personal mayor con el uso de sistemas y dispositivos de protección inteligentes.
Se reducen los costos operativos
Lo más resaltante del proceso actual de la seguridad en el marco de la industria 4.0 es que la inversión en prevención reduce costos. Aunque suene paradójico, invertir en tecnología para prevenir resulta ser un ahorro mayor.
La implementación de una cultura de prevención, el desarrollo de buenas prácticas laborales y el uso de la tecnología de punta conforman la base del éxito. La razón de este logro deriva de centrar esfuerzos en lograr una producción eficiente.
Resultaría más costoso el atender una tasa alta de siniestros, por ejemplo. Ello llevaría a ralentizar la producción, cubrir reparaciones, reiniciar procesos, etc. Por el contrario, una empresa laboralmente sana presenta mejores cifras de productividad.
Se incrementa la calidad de la producción
Un aspecto ligado a lo dicho anteriormente es la calidad de los productos de la empresa. Ello se debe a que una cultura efectiva de prevención mejora el ambiente de trabajo. En consecuencia, las personas pueden laborar con criterio de excelencia.
La historia de la seguridad industrial nos lleva a un punto donde el apoyo tecnológico debe ir a la par de los cambios de las condiciones del trabajador.
Mientras los sistemas de seguridad cuidan que el ambiente laboral sea óptimo, el esfuerzo de los trabajadores puede escalar en términos cualitativos. No olvidemos que la formación permanente forma parte de la ecuación de la cultura preventiva.
Nuevas tecnologías al servicio de la seguridad industrial
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Te acompañamos con nuestra trayectoria y tecnología, en ese sueño compartido. Prysmex te permite disfrutar del mejor software colaborativo diseñado para empresas de toda industria y cualquier tamaño.
Te permite gestionar tareas, hallazgos, incidentes, inspecciones, recorridos y demás actividades propias de un esquema de prevención. Además, comprobarás con ello que es preferible tener jornadas inteligentes y no jornadas pesadas.
Nuestra plataforma web y móvil es tu aliada para la gestión de riesgos. Ella te ayudará a optimizar el escenario laboral y lograr controles operacionales para cumplir con los protocolos de EHS, mantenimiento, calidad y procesos.
Como bien sabes, los paradigmas actuales en seguridad industrial incluyen la participación como componente para alcanzar la excelencia operativa. Con Prysmex, digitalizas y conectas en el marco de una cultura preventiva.
La implementación de nuestra tecnología en tu empresa te permitirá:
- Lograr mayor transparencia y visibilidad.
- Gestionar los riesgos de forma efectiva y oportuna.
- Generar estabilidad en la nómina de trabajadores.
- Optimizar recursos en un esquema de mejora continua para incrementar la productividad.
Conclusión
La historia de la seguridad industrial nos muestra un avance importante desde finales de la primera revolución industrial. Actualmente, ha llegado a ser una ciencia que se ocupa de la seguridad del trabajador.
El concepto de seguridad Industrial se ha ido estableciendo entre empresarios, trabajadores y gobiernos para crear protocolos y procedimientos que benefician a todas las partes.
La seguridad industrial hoy es un factor de productividad y organización. Por tal motivo, existen ahora normas internacionales y locales que permiten diseñar, implementar y controlar esta área, brindando resultados evidentes.
Finalmente, recuerda que todo este progreso vertiginoso de la seguridad industrial tiene como protagonista la tecnología más avanzada. En este sentido, te ofrecemos una respuesta robusta a los retos de tu empresa en materia de seguridad industrial. Contáctanos.