Cero daño es el sueño de los equipos de seguridad. Al contar con una política que proteja a colaboradores e instalaciones, toda empresa puede ser más productiva.
Con esta política se optimizan los procesos se consolida la excelencia y la calidad en cada una de las actividades. Además, mejoran los indicadores y se alcanzan metas.
En este artículo, te contamos en qué consiste el cero daño. Asimismo, te mostramos su relación con la cultura de Seguridad e Higiene Industrial, con el papel de los líderes y con la tecnología para alcanzarla.
¿Qué se conoce como cero daño?
Cero daño es una política centrada en la cultura de la empresa que persigue la erradicación de los accidentes. En tal sentido, se promueven planes de comunicación para fortalecer valores y formar a los colaboradores para que estén protegidos.
Es importante destacar que esta política va más allá de disminuir los accidentes y pone atención a todos los factores que pueden conducir a un siniestro. Su punto de partida es el factor humano, tanto los colaboradores como todos los involucrados.
Al promover una política de cero daño impulsas la calidad de los procesos y la seguridad de tus colaboradores.
Con involucrados nos referimos a cualquier persona que por una razón u otra se encuentra en las instalaciones de la empresa. Los visitantes y contratistas, por ejemplo, pueden ocasionar, dependiendo de sus acciones, algunas situaciones de riesgo y poner en peligro la seguridad en la planta.
En una primera etapa, se sensibiliza y se capacita al personal para garantizar que conozcan las normas de seguridad. Además, se les forma para el uso correcto de EPI o equipos de protección individual.
En una segunda fase, se busca controlar los factores o personas que pueden incrementar el riesgo en el sitio de trabajo. El propósito principal es que los colaboradores estén seguros y que se cumpla con los procesos.
Cero daño y cultura de EHS
Cuando implementas una política de cero daño, debes tener en cuenta que permeará la cultura organizacional. En especial, en lo que toca a EHS. Estas siglas corresponden a Environmental, Health and Safety (Salud, Seguridad y Medio Ambiente).
Esto no solo tiene relevancia en el sector industrial, pues ninguna organización está exenta de peligros. La política que busca la meta cero en los accidentes favorece a toda empresa.
Sin duda, uno de los elementos que ayuda en este sentido es formar a cada colaborador en materia de seguridad. La educación y la comunicación resultan fundamentales, ya que propician las buenas decisiones de los operarios.
En consecuencia, se deben cubrir los siguientes aspectos:
- El compromiso de cada trabajador relacionado con los peligros propios de su actividad.
- El uso de los implementos de seguridad acorde con la actividad del trabajador.
- Seguimiento de las normas de uso de cada una de las herramientas manuales.
- Cuidado del orden y la limpieza en el sitio de trabajo.
- Comunicación de los hallazgos relacionados con seguridad
- Toma de acciones preventivas y correctivas para evitar accidentes.
El papel del liderazgo en la cultura de la organización
El liderazgo entendido como la capacidad de influir sobre la conducta de otros resulta una herramienta importante para la cultura organizacional. En especial, porque contribuye a que los colaboradores respeten las normas y alcancen las metas.
Al implementar una cultura cero daño, los líderes juegan un papel en su éxito. Buena parte de conseguir esta meta tiene que ver con el estilo comunicacional y la construcción de la relación con los colaboradores.
Una cultura organizacional propiciada por líderes respetuosos y conscientes de la seguridad favorece las buenas prácticas. Así, los colaboradores están más atentos al autocuidado y comprometidos con la empresa.
Entonces, todos reman en la misma dirección, lo que significa que juntos: líderes y colaboradores buscan el cero daño como meta. En el proceso, consiguen poner en alto la reputación de la empresa.
Tecnología, digitalización y cero daño
La gestión de riesgos en la empresa siempre es un gran desafío. Como hemos mencionado, debe ser abordado por todas las organizaciones, pero se convierte en un reto mayúsculo para las industrias de manufactura y producción.
En particular, porque la naturaleza de las actividades que se realizan en plantas y obras entrañan peligro. En estos casos, la tarea principal es mapear los riesgos y mitigarlos y capacitar al personal para que se mantenga seguro.
La incorporación de una herramienta digital de gestión de riesgos contribuye a que alcances la meta cero daño en tu empresa.
Todo esto implica la puesta en escena de un liderazgo capaz de apoyar esta línea estratégica. Por otro lado, para impulsar la política cero daño te conviene apoyarte en la tecnología digital.
Una herramienta digital de gestión de riesgo te ayuda a identificarlos y a generar las acciones que los mitiguen. También te permite hacer seguimiento de las acciones correctivas y preventivas.
Así, puedes garantizar la continuidad de la operación y el cumplimiento de metas. Al mismo tiempo, tus trabajadores estarán seguros y los procesos se llevarán a cabo de acuerdo con lo planificado.
Conclusión
En resumen, el seguimiento de la política cero daño debe ser impulsada por la cultura organizacional de la empresa. Debe estar respaldada por el equipo directivo, ya que apunta a la calidad de los procesos.
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